jueves, 30 de octubre de 2008

EL EMPRENDIMINETO: O SE GANA O SE PIERDE.

El Emprendimiento: o se gana o se pierde.

El tema del emprendimiento es hoy en día uno de los temas con mayor auge en los currículos académicos, sitios para charlar -virtuales o no-virtuales-, cafés, hogar, entre otros areópagos que permite nuestro entorno, que de manera paulatina va dibujando nuestro comportamiento para con nosotros mismos y para con los demás. Lo anterior se constata en el simple hecho de que una persona que no tiene esta actitud (emprendimiento) en su vida, se ve volcada de una manera bastante abrupta, cuando la adopta como comportamiento cotidiano, o viceversa, es decir, una persona que por diversas circunstancias no logra alcanzar los objetivos deseados, puede tomar un comportamiento algo esquivo, melancólico, pesimista, etc.
A la hora de emprender una idea, focalizar nuestros esfuerzos en el desarrollo de un proyecto, o gastar nuestra vida en lo que soñamos, surgen algunos interrogantes que son lo más naturales al ser humano, y que no dejan de ser causa de miedos y desilusiones. Dentro de éstos se encuentran en si podremos llegar a la meta deseada, si alcanzaremos lo proyectado, ¿no será que nos iremos al precipicio del fracaso y seremos el hazme reír de los demás?, entre otras. Lo cierto es que queramos o no, el emprendimiento es una cuestión de riesgos, lo que implica necesariamente el ganar o perder. No deseo expresar con lo anterior que la labor emprendedora sea una lotería o un juego al azar, dado que no comulgo para nada con la suerte, sino más bien una labor de mucha prudencia, de cierta perspicacia, de mucha pericia y sobre todo, de mucha concientización sobre la posibilidad de no lograr lo que desde un principio nos proponemos.
Muy común es observar en los medios de comunicación los logros y avances de muchos emprendedores, y si se nos invita a un foro de seguro no llevarán como invitado o ponente a alguien que no alcanzó los objetivos, sino todo lo contrario, en fin. Lo cierto es que los medios de comunicación social nos impulsan a contemplar cómo las personas van superando algunas dificultades de tipo competitivo, sobresaliendo en el no tan fácil campo de los negocios. Creo que es una lástima el que en nuestras escuelas no se nos eduque para el fracaso, dado que este se supone lo asimilaremos de maravillas; creo -como filósofo y pedagogo-, que no es una filosofía sana ni correcta, dado que las reacciones de las personas dejan claro que no estamos formados para el fracaso. Desde que adquirimos uso de razón se nos dice que tenemos que estudiar para ser, -como si no fuésemos antes de estudiar-, que no está mal, pero que en el fondo nos presenta una visión incompleta de lo que es la vida en realidad, sus riesgos, sus pros y sus contras, etc.
Al filósofo Sócrates le preguntaban ¿quién es el hombre rico?, y él respondía: el que sabe vivir con lo que tiene. Creo que el emprendimiento no es nada ajeno a esta máxima socrática, dado que al emprender tenemos que tener una certeza: o se gana o se pierde, claro está, en sentido material y lo más seguro es que anímico también. Emprender no es simple y llanamente alcanzar un objetivo en el marco laboral o empresarial, sino también aprender a superar los obstáculos, los fracasos, las caídas, dado que estas maduran nuestro próximo impulso hacia la superación. Leí en la revista Fox Time, que los sueños son caminos insospechados, pero al mismo tiempo necesarios de recorrer, lo que implica -dice el texto-, aprender a ganar o a perder.
Tomemos conciencia de esta necesidad y de seguro nuestra acción como emprendedores será fructífera desde cualquier resultado.
DIOS LOS BENDIGA.