EMPRENDIMIENTO: LAS ALIANZAS ... NUEVA VISIÓN DEL EMPRESARIO

EMPRENDEDOR: es una persona que tiene optimismo, que adopta una actitud positiva frente a la vida.

Quiero compartir un artículo que encontre en Internet. Las alianzas se pueden convertir en oportunidades y como la solidaridad se convierte en elemento clave para los emprendedores.

Artículo escrito por Samuel Pérez.

La pobreza en más de la mitad de la población, la falta de oportunidades individuales para construir el propio bienestar, los bajos niveles de salud y condiciones de vida precaria de la mayoría de guatemaltecos.
Situaciones que nos hacen pensar en soluciones compartidas por todos en las que no sea el Gobierno el único actor que las resuelva.
Vivir en sociedad implica que el entorno donde nos desenvolvemos tenga una mejor calidad y viabilidad para seguir prosperando como personas, pero también como todo un sistema que se in-terrelaciona entre sí.
Una de las formas de afrontar este reto lo constituyen las alianzas. El concepto de aliarse para enfrentar enemigos comunes no es nuevo, se ha utilizado en las guerras y en la política en diferentes momentos de la historia de la humanidad.

Sin embargo, en Guatemala hasta hace relativamente poco tiempo se observan esfuerzos institucionales para trabajar conjuntamente en el desarrollo de los guatemaltecos.
No hay que confundir este esquema con las Alianzas Público Privadas —APP— que responden a otro modelo de inversión social, en la prestación de servicios que tradicionalmente han sido públicos.
Hace algunos días se inauguró el programa Alianzas, que la Agencia Internacional para el Desarrollo, de Estados Unidos (USAID) promueve en Guatemala.
El nuevo planteamiento es que a través de las alianzas entre las empresas privadas, organizaciones no gubernamentales especializadas y la comunidad, se logren conjugar recursos provenientes de las agencias donantes para invertir en programas que tengan como objetivo mejorar la calidad de vida de la población guatemalteca desfavorecida.
La propuesta de Alianzas consiste en que los socios, que pueden ser empresas privadas, organizaciones comunitarias, ONG o cualquier entidad interesada en hacer inversión social, aportan donaciones en especie y dinero en efectivo y el fondo que da la Agencia Internacional para el Desarrollo se usará para igualar el aporte en efectivo, es decir, una inversión de 2 a 1.
Los proyectos se priorizan en el campo de la nutrición, la salud y la educación.
Esta nueva visión se enfoca en los retos que como sociedad tiene Guatemala, procurando la solidaridad como un componente importante en el desempeño empresarial.
Este esquema promueve que el aporte de las empresas al desarrollo y la búsqueda del bien común sea motivado más por los incentivos que la inversión social implica que por la imposición estatal.
Los emprendimientos productivos con componentes que impliquen el desarrollo social difieren con algunos postulados de la economía clásica, presentando una nueva visión del empresario enfocado hacia la solidaridad con los semejantes más allá que la búsqueda única del bienestar individual.
Posiblemente este nuevo enfoque pueda ser un acelerador de los procesos que permitan alcanzar las metas del milenio en el tiempo establecido.
El tiempo permitirá afirmar si este esquema puede ser más eficiente que el que tradicionalmente se ha conocido —desde la óptica gubernamental— para promover oportunidades de desarrollo de los más desfavorecidos.

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