viernes, 22 de mayo de 2009

EMPRENDIMIENTO


Ser emprendedor y crear nuestro propio negocio puede ser una opción de salida ante el desempleo. Según la situación en la cual nos encontremos, trabajando, jubilado o desempleado no hay una edad límite para hacerlo siempre y cuando tengamos la iniciativa y la disposición. Mientras más experiencia tengamos, mejor estaremos preparados para crear nuestro propio negocio, además de obtener más flexibilidad y autonomía.

Todos tenemos aptitudes y expectativas diferentes ante la vida, sin embargo, para ser emprendedor es necesario que tengamos ciertas habilidades personales. Como emprendedores es inevitable, ser una persona creativa, arriesgada, perseverante y paciente.

Siguiendo este orden, es necesario que un emprendedor se sienta cómodo bajo situaciones de cambio, ya que se enfrentará a la incertidumbre sobre todo al comienzo de la empresa. Además, ser constante en su proyecto, que posea buena resistencia a momentos de presión o crisis. Saber trabajar en equipo y delegar responsabilidades, es decir, confiar en quienes lo acompañen en la realización del proyecto.

Pensar como emprendedor es pensar en autogestionar nuestro futuro, ser ambicioso, prever y anticiparse a las dificultades económicas. Y sobre todo, confiar en que todo resultará bien, tener la confianza en sí mismo de poder alcanzar los objetivos que se ha planteado y ser muy paciente.

Por lo general, pasamos mucho tiempo dándole vueltas a una idea para crear nuestro propio negocio, pero muchas veces nos dejamos llevar por el miedo a la incertidumbre y nos anticipamos al fracaso, por lo tanto, la idea continuará siendo una idea.

El camino del emprendedor no es fácil, al comienzo con la primera dificultad con la que nos podemos encontrar, es definir claramente lo que queremos hacer, delimitar concretamente nuestro objetivo y desarrollar el plan de negocio. Lo ideal es plantear desde el inicio qué tipo de empresa deseamos crear, con qué proyección de futuro, qué queremos conseguir. Mientras más claro esté el camino que vamos a seguir menos nos perderemos.

Al definir nuestros objetivos es básico que estos sean específicos, claros, realizables y motivadores. Si no delimitamos claramente lo que queremos, nos será complicado abarcarlo todo, sobre todo si se trata de un objetivo muy ambicioso.

Hay quienes optan por querer llegar muy lejos y ser los primeros, sin embargo, este reto según las condiciones que estén dadas puede ser muy ambicioso para comenzar. Otro camino quizás más realizable sería pensar en grande pero a partir de nuestro propio contexto ya que la motivación que tengamos por conseguir nuestro objetivo estará vinculada a lo realizable que este sea.

Para desarrollar el plan de negocio podemos consultar ejemplos como una guía para describir nuestro proyecto. La información debe describir básicamente la actividad que vamos a desarrollar, el producto, el sector, la innovación y la tecnología que se va a incorporar y qué nos diferenciará del mercado.

Además, se deberá definir el plan de acción comercial, el plan de producción, cual será la organización de la empresa, concretar si contaremos con algún socio. Y en cuanto a los aspectos económicos, plantear cuáles serán nuestras fuentes de financiamiento y finalmente un calendario que planifique la ejecución de todas estas acciones.

LIGIA ISABEL MUNERA BEDOYA

Grupo 2